El Beso

"No tengo el don de la palabra, ni dicha, ni escrita"

Gustav Klimt (1862 - 1918)

Quizás no, pero lo que sin duda tuvo este renombrado pintor austriaco fue un don con el lienzo y el pincel. Criticado durante mucho tiempo por ser demasiado inconformista, sensual y erótico, sus pinturas son ahora declaradas como unas de las obras más geniales jamás elaboradas en Viena, una ciudad llena de maravillas artísticas.

El beso, (1908) refleja las características personales de su creador: pintura dorada, simbolismo, espacios detallados o abstractos, y la belleza y la elegancia de la figura femenina.

Es cierto que una imagen dice más de mil palabras, pero el amor y la ternura representados en esta obra maestra  posiblemente podría dejar al mismo San Valentín sin el don de la palabra, ni dicha, ni escrita.

La fachada ornamental parece esconder un puro y casi esotérico sentimiento de felicidad, retratado de una manera clásica, anidando en una cama de flores. De acuerdo con la tradición de Jugendstil, estos amantes parecen estar separados del mundo. Una impresión que se ve reforzada por la aplicación de tonos de oro y pan de oro.